BUSCAR

domingo, 20 de marzo de 2016

LO QUE APROBÓ, PROHIBIÓ Y LEGÓ EL GOBERNADOR JULIO CÉSAR


La labor de gobierno de César, como cónsul y como dictador, fue muy amplia, pese a que el tiempo en que realmente estuvo en el poder fue relativamente corto. 



Asesorado por el astrónomo egipcio Sosígenes de Alejandría, corrigió el calendario, desordenado sobre todo por culpa de los pontífices, así que ajustó el año al curso del sol, y lo compuso de 365 días, suprimiendo el mes intercalado y aumentando un día cada cuatro años. Para que este nuevo orden de cosas pudiera comenzar en las calendas de enero del año siguiente, añadió dos meses, entre noviembre y diciembre, teniendo el año quince meses. Esta radical reforma, que llamamos Calendario juliano, consistió en que, partiendo del año 153 a. C. se tomó como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo, para poder planear las campañas del año con tiempo. Consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos uno de cada cuatro años, incluso los seculares. Con este calendario se comete un error de 7,5 días cada 1000 años. Fue el empleado en Occidente hasta finales del siglo XVI, cuando una nueva reforma para corregir el problema de los años bisiestos dio paso al moderno calendario gregoriano. Aun así, el calendario juliano seguirá siendo el empleado para sus fiestas y liturgia por las iglesias cristianas orientales y la Iglesia Ortodoxa. 

Completó el Senado, que había sido diezmado y casi aniquilado por la guerra civil, aumentando el número de senadores a 900 y llenándolo de partidarios suyos, ¡qué crack! Sobre todo de caballeros (equites), élites provinciales, y algún que otro escriba, centurión e incluso hijo de liberto. 

Creó nuevos patricios, aumentó el número de pretores, de ediles, de cuestores y de magistrados inferiores, ampliando por ejemplo el vigintivirato a 26 magistrados.

Rehabilitó a algunos a los que los censores habían despojado de su dignidad o condenado los jueces por cohecho. 

Estableció la contratación a extranjeros en las legiones y creó el cargo de Imperator, que sería el comandante del ejército.

Restringió el sistema judicial a dos clases de jueces, a los senadores y a los caballeros, y suprimió los tribunos del Tesoro.

Hizo el censo del pueblo, no de la manera acostumbrada, ni en el paraje ordinario, sino por barrios y según padrones de los propietarios de las casas: redujo el número de aquellos a quienes suministraba trigo el Estado, de 320.000 a 150.000... y para que la formación de estas listas no pudiese ser en lo venidero causa de nuevos disturbios, decretó que el pretor pudiese reemplazar a los que fallecieran, por medio del sorteo, por los que no estaban inscritos.

Distribuyó a 80.000 ciudadanos en las colonias de ultramar, y para que no quedase mermada la población en Roma, decretó que ningún ciudadano mayor de 20 años y menor de 60 años, que no estuviese obligado por un cargo público, permaneciese más de 3 años fuera de Italia (así que nada de Erasmus). Que ningún hijo de senador emprendiese viajes lejanos, si no era en compañía o bajo el patronato de algún magistrado, y que los que criaban ganado tuviesen entre sus pastores, por lo menos, la tercera parte de hombres libres en edad de pubertad.

Concedió el derecho de ciudadanía a cuantos practicaban medicina en Roma o cultivaban las artes literarias, debiendo este favor fijarlos en la ciudad y atraer a otros.

En cuanto a las deudas, decretó que los deudores pagarían según la estimación de sus propiedades y conforme al precio de estos bienes antes de la guerra civil, y que se deduciría del capital todo lo que se hubiese pagado en dinero o en promesas escritas a título de usura, con cuya disposición desaparecería cerca de la cuarta parte de las deudas.

Disolvió todas las asociaciones, exceptuando aquellas que tenían origen en los primeros tiempos de Roma.

Aumentó la penalidad en cuanto a los crímenes, y como los ricos los cometían sin perder nada de su poder y dinero, decretó contra los parricidas la confiscación completa y contra los criminales la de la mitad de sus bienes.

Estableció impuestos sobre las mercancías extranjeras. Mandaba a los mercados guardias que secuestraran los artículos prohibidos y los llevaran a su casa, yendo algunas veces lictores y soldados a recoger en los comedores lo que había escapado a la vigilancia de los guardias.

Prohibió el uso de literas, exceptuando a ciertas personas, ciertas edades y en determinados días.

Creó una ceca privada con la que acuñó regularmente, de 48 a 44 a. C., el oro que obtuvo en la Guerra de las Galias y saqueando el erario público (15.000 lingotes).

Respecto a la natalidad, ofreció compensaciones a todos aquellos que tuvieran un número elevado de hijos, aunque de todos modos, el incremento de la natalidad había sido desde la segunda mitad del siglo II a.C. vinculado a la supervivencia de la República».

Para evitar problemas, fue el primer legislador romano que instaló a sus veteranos en colonias fuera de Italia.


Y así podríamos seguir más y más... pero para eso tienes wikipedia, enciclopedias y análisis que profundizan en este breve resumen de lo que hizo, promulgó y prohibió Julio César como Gobernante de Roma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario